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octubre 2018

Por un momento parecía que no iba a llegar, pero poco a poco el otoño se va adueñando del clima y los días se vuelven más húmedos y fríos. Este cambio climatológico afecta a nuestro organismo de muchas formas diferentes, pero tiene un especial impacto en el órgano que envuelve y protege todo nuestro cuerpo: la piel. Irritaciones, rojeces, sequedad y descamación son algunos de los síntomas propios de esta época, pues el frío altera la película hidrolipídica de nuestra piel, haciendo que la actividad de las glándulas sebáceas sea menor, y tiene un efecto vasoconstrictor, disminuyendo la cantidad de oxígeno y nutrientes que reciben las células cutáneas. Para minimizar el efecto negativo de estos meses del año, hemos elaborado un pequeño manual para que prepares adecuadamente tu piel para el frío. 1. Agua y más agua. Hidratar la piel es uno

Después del verano, el sol, la sal del mar y el cloro de las piscinas, llega el otoño acompañado del frío y el cambio de estación. Estos factores favorecen que el cabello se debilite y se caiga más, pues el uso del secador sumado a la alteración en la producción de hormonas por el descenso de horas de luz natural afectan al ciclo de crecimiento del pelo. Además, el viento y la humedad encrespan y secan el cuero cabelludo, lo que suele derivar en un cabello más apagado y con menos brillo. Todo esto hace que sea aconsejable poner en prácticas algunas medidas y tratamientos que combatan la caída y debilitamiento del cabello. 1. ¡Corta por lo sano! Durante la época estival, el pelo suele estropearse bastante, por lo que es aconsejable acudir a la peluquería para, al menos, eliminar las puntas

La piel de los bebés es mucho más delicada, permeable y fina que la de un adulto. Por eso, se merece un mimo y cuidado especial, ya que tienen una piel muy frágil desde que nacen hasta los 3 años aproximadamente. Después del nacimiento, es normal que la piel de las extremidades y las manos esté algo arrugada, así como que se mude esa primera capa de piel y se le pelen las manos y muñecas, ¡no te asustes! Conforme va cumpliendo meses, su piel se normaliza y está suave e hidratada. Aún así, sigue siendo más fina, sensible y permeable, pues esta hipersensibilidad le resulta muy útil al bebé a la hora de conocer el mundo exterior y de percibir sensaciones. Por eso, es importante tomar algunas precauciones para evitar alteraciones cutáneas, aunque sin obsesionarnos con ello. La temperatura de la